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[[Ante la invitación hecha hace algunos días desde La Habana por Celia Hart Santamaría –militante del Partido Comunista Cubano e hija de prominentes figuras del régimen - llamando a discutir alternativas de izquierda sobre el futuro de Cuba y donde específicamente se requería lo que el anarquismo pudiese opinar al respecto, el Movimiento Libertario Cubano da a conocer sus propuestas para el debate.]]

 

 

         Explorando el “barranco”: Una respuesta libertaria a Celia Hart

   

Hemos leído con detenimiento, curiosidad e interés tu carta A propósito de mi entrevista en La Jornada del día 5 de Abril , publicada el pasado día 11 simultáneamente en las páginas web españolas Rebelión y La Haine. Se podrían discutir muchísimas cosas de esa carta tuya, Celia, realmente muchísimas cosas. Pero -te somos francos-, poco nos importa que esperes la definitiva asunción profética de Cristo, de Buda y de Mahoma ni que sientas a tu lado a Lincoln y a Whitman; nos tiene sin cuidado que te sientas “princesa de la Raza” o que tu breve opinión sobre Juan Pablo II insinúe una disconformidad con su trayectoria que Fidel no puso de manifiesto en estos días: si por nosotros fuera, puedes seguir tranquilamente con tus experimentaciones poéticas que no habremos de censurarte ni nos preocuparemos demasiado por seguir de cerca tu producción lírica. También -continuamos siéndote sinceros-, puedes modificar tus dichos todas las veces que te plazca; ya sea porque has recibido un rezongo ya porque tu conciencia y/o tu meticulosidad intelectual te han llevado a corregir un disparo que tú misma entiendes corre el riesgo de ser mal interpretado: tienes toda la libertad que se te ocurra para hacerlo y serán tus lectores los que habrán de asignarle de ahora en adelante a tus palabras la credibilidad y la confianza que se merezcan y que tú seas capaz de conquistar. Además -volvemos a serte honestos-, tocas en tu nota temas de vital importancia como la “inercia” del Partido Comunista o la existencia de “ciertos resortes de restauración capitalista” en Cuba; cosas más que sabidas y poco novedosas sobre las cuales lo realmente interesante es que seas precisamente tú quien las reconozca: pero tampoco es eso lo que queremos discutir exacta y directamente en este momento. De lo que se trata ahora, en principio y sólo en principio, es de que nos ubiquemos en el mapa ideológico y político; de que adoptemos una posición relativa respecto a tales y cuales situaciones, a tales y cuales trayectorias, a tales y cuales personas. Es en ese orden de cosas que nos gustaría polemizar mínima y brevemente contigo. Pero precisemos un poco más el asunto. Tú dices estar buscando y quizás construyendo una opción de izquierda, una alternativa de izquierda para Cuba . Te contamos, entonces, que tu preocupación es la nuestra y la de una enorme cantidad de gente; en cuya primera fila -y no por vanguardistas sino por coherentes- están los anarquistas que mencionas en tu nota. Pero, definitivamente, lo que no podemos compartir es tu afirmación de que “a la izquierda de Fidel está el barranco” . Esa frase, exclusivamente esa frase, es la que, a cuenta de futuras polémicas, nos gustaría discutir ahora.

             

Lo primero que queremos señalarte es el problema lógico que genera ese dicho; un dicho que frustra momentáneamente, de no mediar rectificaciones de tu parte, las expectativas que has venido generando con algunas de tus apariciones. Lógicamente, entonces, de tu afirmación sólo pueden seguirse dos cosas: o bien la opción de izquierda que estás buscando se encuentra a la derecha de Fidel o bien esa alternativa es Fidel mismo y la plena continuidad del monólogo autosuficiente que ha seguido a lo largo de todo su recorrido. Te darás cuenta que si tu alternativa de izquierda está a la derecha de Fidel -cosa que dudamos, porque no pareces tonta- este debate carece enteramente de sentido y más valdría que lo interrumpiéramos en este preciso instante. Pero también te percatarás que si esa opción de que hablas no es más que el propio Fidel eternizado, incluso en ausencia física, no se entiende muy bien a qué viene tanto escándalo de tu parte cuando sólo se trata, como insustancial aderezo, de leer a Trotsky, a Lukács, a Rosa Luxemburgo y a Gramsci. Pero, además -ya no desde el punto de vista lógico sino desde el ángulo político- tendrías que explicitar cuál sería la izquierda que está a la derecha de Fidel. ¿Es esa izquierda a la derecha la responsable de la “inercia” del Partido y de los “resortes de restauración capitalista? ¿Por qué tales cosas fueron posibles?: ¿Se trata de “descuidos” de Fidel? ¿Acaso el Comandante en Jefe, Primer Secretario del Partido y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros fue desbordado y sus orientaciones han sido desoídas? ¿o será que Fidel también da cabal cumplimiento a la bíblica proeza trinitaria y, al igual que Jesús -que es uno con Dios Padre-, puede sentarse a la diestra de sí mismo? Pero estas preguntas no pretenden más que ilustrar los líos que provoca la desprolijidad de tus exposiciones y lo cierto es que todavía no hemos entrado en el tema de fondo: es decir; todavía no hemos caído en el “barranco” que tú afirmas es lo único que hay a la izquierda de Fidel.

             

-   Las palabras perdidas

Hemos intentado abordar el tema con cuidado y respeto; incluso, a los solos efectos de este intercambio, dejando de lado momentáneamente las decepciones y reservas acumuladas a lo largo de décadas. También procuramos ser amplios y exhaustivos; al menos dentro de nuestras limitadas posibilidades. Se nos ocurrió, entonces, tomar una batería de conceptos habitualmente asociados con el pensamiento de izquierda, asociarlos a su vez con Cuba -con Fidel, por lo tanto- e indagar qué elaboraciones o realizaciones estaban disponibles como punto de partida de un debate al respecto. Para ello recurrimos a la herramienta más poderosa de que disponemos en este momento: la búsqueda avanzada de Google; acotando la misma a la frase exacta, en idioma español, en cualquier formato de archivo y para todo dominio posible. De tal modo, cualquiera podría verificar la exactitud de nuestros hallazgos y tú misma estarías en condiciones de hacerlo; pues no tenemos duda alguna de que puedes acceder a Internet sin mayores inconvenientes. Veamos, pues, los resultados de nuestra pequeña investigación y tal vez habrás de coincidir con nosotros en que son sorprendentes.

  

Comenzamos diciéndote que frente a las frases “consejos obreros cubanos” y “consejos obreros en Cuba ” Google nos responde que la búsqueda “no produjo ningún documento”; lo cual seguramente obedece a una razón simplísima y es que generalmente no se reflexiona sobre aquello que no existe o que ni siquiera ha sido fantaseado. Lo mismo ocurre con la expresión “autogestión cubana” aunque ahora sí nos topamos con un material -sólo uno- sobre “autogestión en Cuba”; material que puedes encontrar en el website es.geocities.com/anticivilizacion/antonfdr_GANDHI.htm y que únicamente nos informa que la idea no goza en la isla de mayor predicamento. Siguiendo idéntico procedimiento, llegamos a la triste conclusión de que, cuando de Cuba se trata, ni se habla ni se escribe sobre “autonomía obrera” o “autonomía sindical”; lo cual no hace más que confirmar que la dirigencia de las organizaciones correspondientes no tiene demasiado interés en el asunto y que la orientación predominante consiste en que las mismas se mantengan en la esfera de la dependencia estatal. Siendo así, no tiene nada de raro que algo tan “extremista” como la interrupción colectiva y voluntaria del trabajo concite apenas discursos de muy baja intensidad: la búsqueda para “huelgas en Cuba” sólo arroja como resultado 5 documentos de carácter histórico y cuando se trata de “huelgas cubanas” nos topamos nada más que con un solitario y exótico reclamo en la dirección (en wvw.bibliotecagnostica.com/Poscla22.htm).   Aun así, no cejamos en nuestro empeño; pero, para nuestro asombro, en los casos de “conciencia de clase en Cuba” y “conciencia de clase cubana”, Google vuelve a responder a nuestra indagatoria que ésta “no produjo ningún documento”. Las cosas mejoran un poco cuando se trata de las “cooperativas cubanas” o de las “cooperativas en Cuba” y allí sí finalmente podemos encontrarnos con una módica treintena de documentos, no necesariamente de procedencia oficial ni imperativamente encomiásticos y entre los cuales habrá que destacar algunas perlas de interés como aquel en el que Jesús Cruz Reyes se ofende profundamente ante la pregunta de si dichas organizaciones son independientes o no. Frente a un resultado que, en comparación con los anteriores, era tan promisorio, proseguimos nuestra briosa cabalgata, pero sólo para enterarnos enseguida que nada se dice sobre los “movimientos sociales cubanos” ni sobre la “autonomía universitaria cubana”; aunque, seamos justos, sí hay que dar cuenta ahora de 4 documentos que contienen la expresión “autonomía universitaria en Cuba” -para reportarnos su ausencia, naturalmente- y otros 5, mayoritariamente referidos al pasado, que consideran oportuno recurrir por una razón o por otra a la frase “movimientos sociales en Cuba”.

  

Fue así, luego de tantos y sucesivos fracasos, que resolvimos orientar nuestras indagaciones alrededor de un concepto que ciertamente nos resulta muy poco simpático: Estado obrero. ¿Y sabes en cuántos documentos aparece inscrita la expresión “Estado obrero cubano”?: solamente en 30, la abrumadora mayoría de matriz trotskista y no todos precisamente elogiosos. Entre ellos, sólo uno era de procedencia oficial cubana -en wvw.lajiribilla.cu/2002/n57_junio/1413_57.html- y se trataba en realidad de una colaboración de John Hillson remitida desde la ciudad de Los Ángeles. Pensamos entonces que esas ausencias podían deberse a la fuerte identificación de la expresión precisamente con la tradición trotskista; razonamos que tu rescate del fundador del Ejército Rojo se enfrentaría con dificultades obvias e intentamos ver si afloraba algún tipo de reflexión más copiosa en torno a una expresión similar y optativa: Estado proletario. Pero héte aquí que ni siquiera así fuimos coronados por el éxito: la frase “Estado proletario en Cuba ” contaba apenas con una presencia huérfana de toda vecindad. El artículo en cuestión pertenece a Luís Ramírez Caraballo y Antonio R. Barreiros Vázquez; se llama Lugar y papel de las FAR como componente especialmente significativo del Estado proletario en Cuba y puedes encontrarlo en la Revista Cubana de Ciencias Sociales (Año 4, Nº 12 de septiembre - diciembre de 1986). Quizás, Celia, compartas con nosotros nuestra desilusión y tú también abomines de que, cuando en Cuba se habla del Estado proletario, en realidad no se trata fundamentalmente del proletariado sino de las fuerzas armadas. ¿Tendrá esto algo que ver con la militarización de la sociedad cubana?

  

-    El "barranco" es la ausencia de libertad, igualdad y solidaridad 

En fin: hemos usado una batería de indicadores que distan de ser perfectos y a los que sólo asignamos un carácter aproximativo; pero, aun así, tenemos la firme impresión de que los mismos permiten sostener una hipótesis bastante confiable. Esto es; las reflexiones sobre la construcción de una opción de izquierda en Cuba tienen frente suyo un campo casi virginal e intocado . Y te pedimos por favor -suponiendo de tu parte una réplica de estas consideraciones- que seas un poco imaginativa y no nos recomiendes realizar una búsqueda similar conteniendo las expresiones “salud en Cuba”, “educación en Cuba”, “deporte en Cuba”, etc.; porque lo que te estamos proponiendo no necesariamente se contradice con dichas cosas sino que las dota de un contenido distinto, las resignifica y las enriquece infinitamente. Como habrás visto, por lo tanto, hay un conjunto de nociones -que embrionariamente representan sus correspondientes realizaciones sociales revolucionarias- habitualmente pertenecientes a un imaginario de izquierda y que en Cuba se usan muy poco o muy mal. Y nosotros estamos absolutamente convencidos de tres cosas que están íntimamente vinculadas con nuestro tema, tal como éste ha sido precisado desde un principio: en primer lugar, que Fidel no ha demostrado tener sobre sus hombros la cabeza más adecuada para elaborar pensamiento y definir acciones al respecto -ha tenido medio siglo para hacerlo y ¡nada!-; en segundo término, que este campo de nociones y realizaciones se ubica no a su derecha sino a su izquierda; y, por último, que nada de esto representa a ese “barranco” tan temido y que a ti te preocupa tanto invocar . Sobre ello hemos de ponerte sólo tres ejemplos especialmente significativos y de factible concreción inmediata.

 

En primer lugar, una alternativa de izquierda en Cuba debería plantearse una urgente desmilitarización en el más amplio sentido del término. No se trataría solamente del redimensionamiento de las fuerzas armadas, del ahorro consiguiente y de la correspondiente transferencia de recursos hacia otros sectores de la economía infinitamente más necesitados. Se trataría también de que las fuerzas armadas perdieran sus privilegios históricos y de que los más diversos problemas de la sociedad cubana ya no sean vistos como si se tratara de acertijos en torno a la “defensa nacional”. Se trataría, sobre todo, de pensar el socialismo como lo que realmente debería ser -es decir, una nueva relación de convivencia entre seres libres, iguales y solidarios -; y de no mediatizar en los hechos esa reflexión, sobre-imprimiéndole siempre una articulación muy poco socialista entre los “comandantes” y sus subordinados. Estas cosas son inmediatamente posibles, Celia, y no hay ninguna razón que las contradiga. Seguramente tú nos dirás que la revolución no sobreviviría sin “sus” fuerzas armadas pero eso no es más que una falacia a la que el “Comandante en Jefe” y su séquito te han acostumbrado. Porque las fuerzas armadas cubanas se vertebran respondiendo a una hipótesis de conflicto -en teoría, una invasión de los Estados Unidos- que está mal planteado o que no se habrá de producir. En el primer caso, las fuerzas armadas cubanas no tendrían nada para hacer -y coincido contigo en que eso es una desgracia para la humanidad toda- frente a las acciones de bombardeo aéreo y desgaste que los Estados Unidos tienen como su actual patrón de actuación bélica en la fase inicial. Además, tal como ha quedado sobradamente demostrado en Irak, la resistencia de guerrillas es inconmensurablemente más efectiva que un ejército regular que sencillamente no puede estar a la altura de la tarea. Pero, en el segundo caso, hay elementos de sobra para suponer que dicho conflicto no tiene actualmente ni habrá de tener mañana ese formato: ni Cuba permite invocar las mismas “razones” que se dieron en Afganistán o en Irak -y tampoco las que despuntaron luego con Irán y Corea del Norte- ni constituye un desafío estratégico relevante ni ha merecido mayor dedicación militar real. Haz números, Celia, y lo verás: la financiación otorgada por los Estados Unidos al “trabajo sucio” en Cuba en los últimos cinco años es menor al costo que ha insumido una noche de bombardeo intenso sobre Bagdad; aunque la megalomanía del “Comandante en Jefe” haya de resentirse un poquitín con un cálculo de este tipo. Entonces, la desmilitarización es posible ahora y nada tiene que ver con el “barranco” .

 

En segundo término, una alternativa de izquierda en Cuba debería proponerse en lo inmediato emprender el camino de la autogestión. ¿Tú no crees que la construcción socialista debería identificarse fuertemente -como condición sine qua non , diríamos nosotros- con la gestión directa de los trabajadores sobre la marcha de la economía? Lamentablemente, en Cuba, durante todos estos largos años, la autogestión ha sido asimilada sin más a la experiencia yugoslava y se la ha asociado implícitamente con la inminencia o la amenaza de las situaciones de mercado y con el “caos” correspondiente. Así, todas las esperanzas fueron depositadas en el mito de la planificación centralizada como paradigma de la construcción socialista; una planificación centralizada que se ha confundido en los hechos con la sabiduría de los técnicos o con la omnipresencia de los militares cuando no con las inefables ocurrencias del “Comandante en Jefe” que siempre se antepusieron a las elaboraciones de los organismos colectivos. Pero, además, basta con analizar los resultados: ¿tú dirías, Celia, que el recorrido que va desde aquel impulso de implantar el comunismo en la Isla de la Juventud hasta la actual presencia de cientos de empresas transnacionales es un camino de construcción socialista? No, Celia, la planificación centralizada no sólo no ha producido socialismo sino que bien se la puede calificar como una sucesión de disparates; antes y después de aquella zafra fallida de los diez millones de toneladas de azúcar. La autogestión, mientras tanto, tiene abiertos todos los créditos y ése es el camino que han emprendido decenas de movimientos sociales en América Latina como estrategia de resistencia y como forma de resolver prácticamente -lo han logrado así sea a medias, incluso en contextos claramente neoliberales- sus necesidades inmediatas en materia de alimentación, salud, vivienda, etc. Una vez más: la autogestión también es posible ahora y nada tiene que ver con ese “barranco” que tú supones estaría a la izquierda de Fidel .

 

Por último, una alternativa de izquierda en Cuba debe retomar con fuerza y determinación el problema de las libertades más elementales. Basta con “desmilitarizar” las cabezas y dejar de sospechar que detrás de cada cubano común y corriente hay un potencial “agente del imperialismo” e inmediatamente el tema adquiere una luminosidad cegadora. Porque, dinos: ¿en qué se vería afectado un proyecto de construcción socialista por el hecho de que 12 millones de cubanos tuvieran -entre otras mil prerrogativas a imaginar- la posibilidad de expresarse, desplazarse u organizarse de las formas que mejores les parezcan? Reproducimos una de tus frases: “Todos los jóvenes que tienen cuestionamientos políticos actualmente, los que valen la pena de ser escuchados, serán siempre de izquierda, anarquistas o trotskistas etc. Pero TODOS son revolucionarios”. Pues bien, deja de jugar a las escondidas y sincérate contigo misma y con tus lectores: ¿sabes o no sabes que esos revolucionarios no pueden darse la organización política que querrían tener porque ese derecho el Partido Comunista se lo ha reservado para sí? ¿sabes o no sabes que a esos revolucionarios no les es dado tener una biblioteca abierta al público, montar un programa de radio, celebrar reuniones sin solicitar permiso, tener un periódico propio o defender libremente sus orientaciones en movimientos sindicales, juveniles, vecinales, de género, ambientales, etc.? Esas cosas requieren de un marco de libertad hoy inexistente y reclaman no la intervención del Estado sino una asunción autonómica; exigen ni más ni menos que la posibilidad socialmente garantizada de que todo colectivo -cualquier colectivo, sea cual sea la naturaleza que se defina, siempre y cuando no atente contra la libertad ajena- fije sus propias reglas. Tú gozas de u na posición privilegiada, Celia, y no puede haberte pasado inadvertido que una cosa es la obsesión por la vigilancia, el control, la represión, etc. y otra cosa bien diferente es la libertad. ¿De qué lado crees tú que están el socialismo y la izquierda? Nos consta que a ti te preocupan los motivos por los cuales el bloque soviético se hizo trizas: entonces; ¿no crees que el fatal desprecio por la libertad de que se hizo gala debe tener al menos algo que ver con la debacle? Esa experiencia es un venero de enseñanzas y ellas dicen en forma incontrastable, en este comienzo del siglo XXI, que el socialismo ya no puede ser concebido como el resultado espontáneo de una vaporosa legalidad histórica ni como una sofisticada operación de ingeniería social ni como el genial designio de una voluntad mesiánica. El socialismo del siglo XXI sólo puede construirse a partir de la conciencia colectiva y ésta no puede florecer sino desde una libertad raigal. Y, otra vez, Celia, esto no tiene nada que ver con el “barranco” .

 

-   Por una opción de izquierda para todos los cubanos

Desmilitarización, autogestión, libertades básicas: tres elementos mínimos y tres caminos a recorrer para construir una alternativa de izquierda en Cuba y para comprometer en ella no a su actual élite dirigente sino al pueblo cubano todo . Estas propuestas no expresan el “programa máximo” de los anarquistas y quizás hasta quepa calificarlas de “reformistas” en el contexto cubano actual. Sin embargo, son una buena base para la articulación de una política realmente de izquierda en Cuba . Tú sabrás mejor que nosotros qué grado de participación y compromiso habrán de tener los comunistas cubanos -especialmente, los más jóvenes- con esta política y qué peso pueden tener en el Partido quienes suscriban orientaciones de este tipo. Sin embargo, no hay duda que la misma desborda su organicidad y da cabida, entre otras, a las corrientes que tú misma has reconocido como revolucionarias. De la misma manera, tampoco hay duda que esa política de izquierda se da de bruces con una constelación de intereses, privilegios y expectativas que están ubicados claramente a la derecha de la misma, adentro y afuera del Partido Comunista: una situación y un proceso que, si mal no recordamos, hasta hace unos años eran considerados como parte de la lucha de clases.

 

Sea como sea, Celia, hay que continuar afinando el análisis y templando la voluntad. Si hemos sido irónicos contigo en muchos pasajes de esta carta ello fue así porque entendemos que todavía no has ingresado de lleno en el problema ni estás a punto de notificarte públicamente de sus raíces reales. Tus intenciones parecen sinceras y quizás hasta compartibles, pero aún hablas a media lengua, te distraes en metáforas que no conducen a ninguna parte y no has tenido el coraje de poner sobre la mesa la trama de conflictos concretos que subyacen este proceso de construcción de una alternativa de izquierda en Cuba . Al pan, pan, y al vino, vino, Celia: ése es el comienzo real de cualquier alternativa que quiera plantarse firme ante las eventuales adversidades y partir no de las intrigas palaciegas sino de la conciencia colectiva del pueblo cubano . Tú has evitado escrupulosamente hablar de una lucha fraccional pero coincidirás con nosotros que precisamente eso es lo que todo el mundo lee detrás de tus palabras. Y sabes que esa lucha hay que librarla a cualquier precio porque lo que está en juego es nada menos que el futuro de nuestra entrañable gente cubana. Esa lucha, Celia, sólo puede librarse con ideas claras, con ideas precisas, con ideas-fuerza, y no con ditirambos rutinarios y al garete sobre la inmarcesible figura de Fidel; sólo puede librarse con gente organizada desde sus convicciones más profundas y no con vagos avisos a los navegantes o difusas insinuaciones sobre las idas y venidas de una élite. Tú tienes que pagar un peaje ideológico y soportas directamente las presiones del aparato: eso es comprensible y hace que tu posición no carezca de dificultades y asechanzas. Pero al menos puedes hablar, Celia; una posibilidad con la que no contamos todos los cubanos. Los cubanos de a pie tenemos sobre ti muchas desventajas y una sola pero enorme ventaja: nosotros ya sabemos que el Cid Campeador no volverá a montar sobre los lomos de Babieca y sabemos también que a la izquierda de Fidel no hay ningún barranco, ningún abismo, ningún precipicio. Lo que se abre no a la derecha de Fidel pero sí a su izquierda es, Celia, ni más ni menos que el ancho cauce de la libertad .

 

                       Movimiento Libertario Cubano

                      <movimientolibertariocubano@yahoo.com.mx>

                      Abril de 2005

 

Mas información sobre el MLC en los websites:

<wvw.ainfos.ca/03/aug/ainfos00375.html>

<boards3.melodysoft.com/app?ID=forocnu&msg=32&DOC=101>

 

Exploring the “chasm”: A libertarian reply to Celia Hart

 

* Responding to the invitation extended a few days ago from Havana by Celia Hart Santamaria – member of the Cuban Communist Party and daughter of prominent figures of the regime – calling for discussions on leftist alternatives for Cuba's future, and where she explicitly asks for an  anarchist opinion, the Cuban Libertarian Movement makes public its proposals for the debate. 

 

It is with great curiosity, interest and care that we have read your letter "About my Interview in the pages of La Jornada of April 5th", published simultaneously by the Spanish web pages Rebelión and La Haine. There are very many things we could discuss in your letter, Celia, really very many things. But, to be frank, we care little whether you await the definite prophesized assumption of Christ, Buddha and Mohammed or that you sit besides Lincoln and Whitman; we don't care you feel you are a “princess of the Race” or that your brief opinion about John Paul II insinuates a certain disagreement with his trajectory that Fidel did not show these past few days: as far as we're concerned, you may continue happily with your poetic experiments which we won't censure nor will we care a whole lot about your lyric output. Also with continued frankness, you may change what you say as many times as you please; whether because of a reprimand or whether your conscience and/or your intellectual pickiness drive you to correct a shot that you yourself know is in danger of being misinterpreted: you have all the freedom in the world to do so and it will be up to your readers from now on to grant your words whatever credibility and trustworthiness they deserve and you are capable of earning. Besides, again in all honesty, in your letter you touch upon issues of vital importance such as the “inertia” of the Communist Party or the existence of “certain mechanisms of capitalist restoration” in Cuba; facts more than well known and of little novelty whose really interesting feature is the fact that it is precisely you who admits to them: but that isn't what we want to discuss exactly at this moment either. What matters at this time, only as a beginning, is that we take our position in the ideological and political map, that we adopt a position regarding such and such situations, such and such trajectories and such and such persons. In that order of things we would like to minimally and briefly debate with you. Let's be a little more precise. You say you're looking for, and perhaps building a leftist option, a leftist alternative for Cuba . We tell you then that your concern is also ours and of a very large number of people, in whose front lines -and not because of being vanguards but because of being coherent  - are the anarchists you mention in your letter. But for sure what we cannot share is your affirmation that “to the left of Fidel is the chasm”. That sentence, and only that sentence, is what we would like to discuss now.

 

The first thing we want to point out to you is the logic problem such a statement creates; a statement that momentarily negates, barring some rectification on your part, the expectations you have been generating with some of your performances. By logic, only two things can follow from your statement: either the leftist option you're looking for is found to the right of Fidel or else that alternative is the very same Fidel and the total continuity of the self-sufficient monologue he has followed all along. You realize that, if your leftist alternative is to the right of Fidel - which we doubt, you don't look dumb - this debate is totally meaningless and it would be better to stop it right now. But you'll also notice that if that option you speak of is nothing but the very self-same Fidel for all eternity, even in his physical absence, it is not very clear why all the hoopla on your part when it's only a matter of, like a bland condiment, reading Trotsky, Lukacs, Rose Luxembourg and Gramsci. But also, not from the logical point of view but from the political point of View, you would have to explain what would that left to the right of Fidel be. Is that left to the right of Fidel responsible for the “inertia” of the Party and for the “mechanisms of capitalist restoration”? How come such things can happen? Is it Fidel's carelessness? By chance the Commander in Chief, First Secretary of the Party and President of the Council of Ministers and State was overridden and his orientations have been ignored? Or perhaps Fidel also performs the biblical feat of trinity and, like Jesus - who is one with God the Father - sits to the right of himself? These questions only pretend to illustrate the confusion generated by the shortness of your expositions and the truth is that we have not yet touched upon the core issue: that is, we haven't as yet fallen in the “chasm” you claim is the only thing that exists to the left of Fidel.

 

 - The lost words

 

We've tried to approach the subject respectfully and with care for the sake of this exchange, leaving aside for the time being the deceptions and reservations accumulated over several decades. We likewise strive to be ample and exhaustive, at least within our limited means. It occurred to us to take a range of subjects normally associated with leftist thinking, link them to Cuba and with Fidel by extension  and ask what elaborations or illuminations were available as a starting point for the debate. For that purpose we made use of the most powerful tool at our disposal at this time: the Google advanced search, limiting the search to the exact sentence, in the Spanish language, in any file format and for all possible domains. This way, anybody could verify the exactness of our findings and you yourself would be in good shape to do so, for we don't doubt that you have access to the Internet without any inconveniences. Let's look at the results of our little research and perhaps you will agree with us that they are indeed surprising.

 

Let's start by saying that to the phrases “Cuban worker's councils” and “worker's councils in Cuba” Google's search yielded a “no document found”; which is probably due to a very simple fact and that is that one does not reflect on something that does not exist or has not even been imagined. The same result happens with the _expression “self-management in Cuba ” although in

this case we did find one -only one - about “Cuban self-management” which you can find in <es.geocities.com/anticivilizacion/antonfdr_GANDHI.htm> and which only informs us that the idea is practically unknown in the island. Following the same procedure, we arrive at the sad conclusion that as far as Cuba is concerned one doesn't write and one doesn't talk about “worker's autonomy” or “autonomous unions”; which only confirms that the leadership of such organizations are not terribly interested in the matter and that the predominant orientation consists of keeping them within the sphere of dependency on the state. Things being what they are, it is not surprising that something as “extremist” as the collective and voluntary interruption of work barely yields discourses of very low intensity: the search for “strikes in Cuba” results in 5 documents of a historical character and when we input “Cuban strikes” we find one lonely and exotic result in <www.bibliotecagnostica.com/Poscla22.htm> . Even so, we didn't give up in our quest, but to our amazement, in the case of “class consciousness in Cuba ” and “Cuban class consciousness” Google again replies to our query “no documents found”. Things get a little better when we use “Cuban cooperatives” or “cooperatives in Cuba” and there finally we find a modest thirty-odd documents, not necessarily of official origin nor mostly adulatory and among which we note some pearls of interest such as that of Jesus Cruz Reyes where he takes deep offense when asked whether those organizations are independent or not. Faced with such a promissory  - when compared to the former- result we continued our spirited quest, only to be told right away that nothing is said about “Cuban social movements” or about “Cuban autonomous university”; although to be fair, we do note now that there are 4 documents which contain the phrase “university autonomy in Cuba” to inform us of the lack thereof, naturally, and another 5, mainly in reference to the past, that consider it opportune to make use for some reason or another of the phrase “social movements in Cuba”.

 

And so, after many successive failures we decided to steer our research towards a concept we certainly don't regard with much sympathy: worker's state. Do you know how many documents show up containing the _expression “Cuban worker's state”? Only 30, the overwhelming majority Trotskyite and not all of them favorable. Among them only one came from Cuba 's officialdom,

<www.lajiribilla.cu/2002/n57_junio/1413_57.html> and in reality it was a collaboration by John Hillson sent from the city of Los Angeles .  We think this lack might be due to the strong identification of the _expression with the Trotskyite tradition; we think that your rescuing the founder of the red army would face obvious difficulties and we tried to see if a similar _expression would yield better results: proletarian state. Not even now did success crown our efforts: the phrase “proletarian state in Cuba ” had a single orphan result. The article belongs to Luis Ramirez Caraballo and Antonio R. Barreiros Vazquez, entitled “Place and role of the FAR (Revolutionary Armed Forces, tn) as a especially significant component of the Cuban proletarian state” and you can find it in the Revista Cubana de Ciencias Sociales (Year  4, no. 12 September - December 1986). Perhaps, Celia, you share our disillusionment and you also loathe that, when one speaks in Cuba about the proletarian state, in reality it's not fundamentally the proletarians but rather the armed forces. Does this have anything to do with the militarization of Cuban society?

 

 - The “chasm” is the absence of liberty, equality and solidarity

 

To wit: we have used a range of indicators that are far from perfect and can only be of an approximate character; even so, we have the firm impression that they also allow us to maintain a trustworthy hypothesis. That is, reflections on building a leftist option in Cuba face an almost untouched and virgin field. And we ask you please -assuming a reply on your part- be a little bit

imaginative and don't recommend that we perform a similar search with the expressions “health in Cuba”, “education in Cuba”, “sports in Cuba”, etc., because what we're proposing doesn't necessarily contradict such things but rather it imbues them with a different content, redefines them and infinitely enriches them. As you've probably seen, therefore, there is a body of ideas

that in embryonic form represent their corresponding revolutionary social achievements - normally belonging to the left imagery - that in Cuba are used badly or very little. And we are absolutely convinced of three things that are intimately linked to our theme, as this has been established from the beginning: in the first place, Fidel hasn't shown to have on top of his shoulders the most adequate head to elaborate thought and define the necessary actions: he's had over half a century to do it and … nothing!; second, this field of ideas and realizations is located not to his right but to his left; and lastly, that none of them represent the “chasm” so feared and whose mention causes you so much worry. We have only to show you three examples especially significant and with possibilities of immediate implementation.

 

First, a leftist alternative in Cuba should consider an urgent demilitarization in the widest sense of the word. It would consist of not only the re-dimensioning of the armed forces, with the attendant savings and the corresponding transfer of resources to other sectors of the economy infinitely needier. It would also entail the loss of the armed forces' historical privileges and that the diverse problems of Cuban society would no longer be seen as questions of “national security”. Above all it would be a matter of thinking about socialism like what it should really be, that is, a new living relationship of solidarity among free and equal beings; and to avoid superimposing on these facts a not so socialist articulation between “commanders” and subordinates. These things are immediately attainable Celia, and there's no reason to counter them. For sure you'll tell us that the revolution would not survive without “its” armed forces but that's nothing but a fallacy the “Commander in Chief” and his minions have gotten you accustomed to. This is because the Cuban armed forces are constituted as a response to a hypothesis of conflict – in theory, a U.S. invasion – that is wrongly proposed or that will not happen. In the first place, the Cuban armed forces would have no power – and I agree with you that this is a disgrace for all humanity – against the aerial bombardment and ruination that the USA uses as its main method in the initial phases of the war. As has been demonstrated in Iraq , guerrilla resistance is much more effective than a regular army that simply cannot be up to the task. Second, there are plenty of elements to assume that such conflict does not nor will it conform tomorrow to that model: Cuba does not warrant the same reasons given for Afghanistan and Iraq – nor those given later for Iran and North Korea – nor does it constitute a relevant strategic threat nor has it deserved a real military consideration. Do the math Celia and you will see: the financing given by the USA to the “dirty work” in Cuba in the last five years is less than the cost of one single night of bombardment over Baghdad , even if the Commander in Chief's megalomania is hurt a little with such calculations. In consequence, the demilitarization is feasible now and has nothing to do with the “chasm”.

 

Second, a leftist alternative in Cuba should immediately embark on the road to elf-determination. Do you believe that the construction of socialism should be strongly identified – sine qua non condition, we would say – with the direct self-management of the economy by the workers? Unfortunately, in Cuba for many years self-management has been assimilated in short order to the Yugoslavian experience and has been implicitly associated with the imminent threat of the market and the attendant “chaos”. Thus, all hopes were deposited in the myth of centralized planning that has been mistaken in the real world with the wisdom of the technocrats or the omnipresence of the military or the ineffable occurrences of the “Commander in Chief” that have always taken first place to the ideas of the collective organisms. Besides, it's enough to analyze the results: Would you say, Celia, that the road traveled from the first impulse to establish communism in the Island of Youth to the actual presence of transnational corporations is a road towards socialism? No Celia, centralized planning has not only not brought us socialism but rather it can be qualified as a succession of blunders, before and after that failed sugar harvest of the ten million tons of sugar. Self-management, meanwhile, has all the credibility and that is the way undertaken by dozens of social movements in Latin America as a strategy of resistance and as a way to solve in a practical way – even if success is mixed, even in clearly neoliberal contexts – their most pressing needs in terms of food, health, shelter etc. Once again: self-management is also possible now and it has nothing to do with that “chasm” that you assume lies to the left of Fidel.

 

Lastly, a leftist alternative in Cuba must reclaim with force and determination the problem of the essential freedoms. We have to only demilitarize the brains and stop suspecting that behind every Cuban hides a potential “agent of imperialism” and immediately the subject becomes a blinding light. Pray tell us, how would a project to build socialism be affected should 12 million Cubans enjoy –among a thousand other prerogatives – the possibility of speaking, traveling or organizing in whatever shape or form they see fit? Let's repeat one of your sentences: “All young people today who harbor political questions, those worthy of being heard, will always be of the left, anarchist, Trotskyite etc. But ALL are revolutionary”. Very well, stop playing hide and seek and be sincere with yourself and your readers: Do you or don't you know that those revolutionaries can't have the political organization they would like because that right is reserved for the Communist Party? Do you or don't you know that those revolutionaries are not allowed to have their own library open to the public, can't put on a radio show, can't meet without asking permission, can't have their own newspaper nor can they freely defend their orientation in labor, youth, neighborhood, gender-based, or ecological movements? These things require a framework of freedom actually non-existent and demand not state intervention but autonomy, they demand nothing less than the socially guaranteed possibility that every collective – whatever its nature, as long as it doesn't threaten the other's freedom – set its own rules. You enjoy a privileged position Celia, and you cannot have missed that the obsession with surveillance, control, repression etc. is one thing, and another very different thing is freedom. On what side do you think socialism and the left are? We know your preoccupation with the causes for the fall of the Soviet block: then, don't you think that the fatal disregard for freedom displayed by them might have had at least something to do with the debacle? This experience is a gold mine of teachings and they unequivocally say, in this beginning of the XXI century, that socialism can no longer be conceived as the spontaneous outcome of a vaporous historical necessity or as a sophisticated operation in social engineering or the genius of a messianic will. XXI century socialism can only be built starting from the collective consciousness and such cannot flourish except from a root of liberty. And once again Celia, this has nothing to do with the “chasm”.

 

 - For a leftist alternative for all Cubans

 

Demilitarization, self-management, basic freedoms: three minimal elements and three roads to travel to make a leftist alternative in Cuba and to involve in it not the current ruling elite but the whole of the Cuban people. These proposals are not the “maximum program” of the anarchists and they may perhaps be qualified as “reformist” in the current Cuban context. However, they are a good base for the articulation of a really leftist policy for Cuba . You know better than we what degree of participation and commitment Cuban communists will have to have – in particular the younger ones – with this policy and what weight may have within the Party those who subscribe to this type of orientation. Nevertheless there's no doubt that it overwhelms the Party's organization and makes room for, among others, the currents that you yourself have recognized as revolutionary. For the same reason, there's also no doubt that that policy clashes head on with a constellation of interests, privileges and expectations that are clearly situated to its right, within and without the Communist Party: a situation and a process that, if our memory doesn't fail us, up until a few years ago were considered part of the class struggle.

 

Be that as it may, Celia, we must go on fine tuning the analysis and strengthening the will. If we have been ironic with you in many instances in this letter is due to the fact that we understand that you have not yet immersed yourself in the problem nor are you anywhere near ready to come out publicly with your real roots. Your intentions seem sincere and perhaps even compatible, but you still speak with a half tongue, you get distracted with metaphors that go nowhere and you haven't had the courage to put on the table the fabric of concrete conflicts that underlie the process of building a leftist alternative for Cuba. Bread is bread and wine is wine Celia: that is the real start of any alternative that pretends to remain firm before the eventual adversities and not start from the palace intrigues but from the collective conscience of the Cuban people. You have carefully avoided talk of factional conflict but you must agree with us that it is precisely what everybody reads between your lines. And you also know that the fight must be fought at any price because what's at stake is nothing less than the future of our beloved Cuban people. That struggle, Celia, can only be fought with clear ideas, with precise ideas, with ideas of strength and not with the customary odes to the untouchable figure of Fidel; it can only be waged with people organized around their deepest convictions and not with vague warnings or diffuse insinuations about the comings and goings of the elite. You have to pay the ideological price and you suffer directly the pressures from the system, that is understandable and it makes your position prone to difficulties and harassment. But at least you can speak, Celia, and that's a possibility the majority of us Cubans do not have. We everyday Cubans have many disadvantages compared to you, and a single but enormous advantage: we already know that El Cid Campeador will not return astride Babieca and we also know that to the left of Fidel there isn't any chasm, any cliff, any deep hole. What opens up, not to the right of Fidel but to his left, Celia, is nothing more nor less than the wide course of liberty.

 

            Cuban Libertarian Movement   /   April 2005

            <movimientolibertariocubano@yahoo.com.mx

 

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