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Francia: Impresiones de un joven sobre el conflicto social Sebastien Ryner Francia, cuna de revoluciones otrora, ha vivido las últimas tres décadas aletargada. El profundo sueño no era exclusividad de la República, sino de todo un occidente que ha caído cada vez más en una apatía consumista y conformista para bien de un sistema que incluso nos ha querido vender este paréntesis como el fin de la historia. Pero lejos de estar muerto, el movimiento social parece estar en plena reorganización. Avanzando dos pasos adelante y reculando uno con frecuencia. º El caldo de cultivo El sistema socio-económico francés no se ha situado al margen de la lógica de mercado: Sus servicios públicos se privatizan, el paro aumenta y los empleos son inestables y mal pagados. A esto hay que añadir la creación de unos ghettos sociales con una pobreza estructural que parece endémica y cuyos habitantes son callados a golpe de porra, cárcel y muerte. Hace unos meses eran estas clases desfavorecidas las que se revolvían en sus ghettos, quemando coches y enfrentándose a las “democráticas fuerzas del orden”. Ahora es el turno de los universitarios. Ambiciosos, pretenden que las universidades sean otra vez el resorte de un movimiento que abarque a los asalariados, estudiantes, jubilados y parados, para hacer frente a la política liberal que se encuentra en pleno tramo final de una carrera que empezó hace mucho tiempo también en Francia. Y es aquí donde se debe ver uno de los orígenes de la revuelta que vivimos. Todos los países europeos viven esta liberalización de su economía, pero Francia partía de un modelo más social y los dirigentes han pretendido adecuarse al nuevo orden mundial a un ritmo galopante que ha hecho demasiado obvia para sus habitantes la pérdida de los derechos que con tanta sangre vertida se consiguieron adquirir. La privatización de la banca de Correos, de la compañía de viajes que conecta Córcega con el continente, la necesidad de tener un seguro médico, la Constitución Europea, la disminución de puestos de profesorado, la Ley Fillon que afecta a la educación, la normalización de la universidad francesa con el sistema europeo a través de la Ley LDM, la Directiva Bolkenstein… todo son batallas emprendidas en los últimos años e incluso meses, a las que se ha unido una represión brutal con una criminalización de estos movimientos sociales (se pueden señalar los presos durante la lucha con la Ley Fillon, equiparable a casos como el de los compañeros ahora en vías de juicio por las manifestaciones contra la LOU en Madrid o los sindicalistas de CNT-Vinyols, arrestados por sus luchas en Correos). La represión también ha sido evidente en el caso de la declaración del Estado de Urgencia que dejaba libre impunidad al gobierno para actuar contra los más desfavorecidos, hace unos meses, o con la creación de las leyes Sarkozy para perseguir a sin papeles y a la “racaille” (gentuza) que suponen los vagabundos y las prostitutas que pueblan el país. Precariedad y punición, nada que no ocurra en otros sitios, con la salvedad de la velocidad con la que se implanta. Antes de que se dispersen en el olvido los ataques anteriores, las autoridades se lanzan en pos de más. º La Ley sobre la Igualdad de Oportunidades La gota que colma el vaso ya lleno por todo lo ya mencionado, ha sido la “Ley sobre la Igualdad de Oportunidades”, dentro de la cual se encuentra el “Contrato Primer Empleo” (C.P.E.). Este tipo de contrato, podrá ser aplicado a todo menor de 26 años (con el nombre de C.N.E., ya se aplica a todo trabajador de empresas de menos de 20 personas) y consiste en que el empresario puede despedir sin motivo alguno a sus empleados. Y con una contraprestación ridícula. Es decir, que el despido se hace casi gratuito y puede ocurrir en cualquier momento. ¿Cómo atreverse a contestar a un jefe con estas condiciones? ¿Cómo irse a una huelga? ¿Cómo atreverse a no hacer horas extra pagadas o incluso gratuitas? ¿Cómo quedarse embarazada o darse de baja? ¿Cómo justificar un retraso o un error en el trabajo? ¡¡Podemos ser despedidos por cosas tan ridículas como que haya perdido el Atleti y el jefe esté de mal humor!! ¿Y qué arma le quedará a un trabajador si puede ser despedido sólo por ser sindicalista o reclamar sus derechos? Vayamos más allá, ¿Cómo pagar un piso, o tener una familia cuando no sabemos si mañana seguiremos trabajando? Además, los patrones tendrán una exoneración fiscal por cada C.P.E. que firmen. Además, este contrato se puede encadenar hasta tres veces mientras se deje un tiempo de un mes entre uno y otro. ¡Es decir, que podemos estar hasta seis años de nuestra vida preguntándonos si el día de mañana tendremos algo que llevarnos a la boca! Pero eso no es todo, con esta ley también se baja la edad mínima para trabajar a los 14 años en trabajos diurnos, y a los 15 en los nocturnos. Algo que no ocurría en Francia en 1892 cuando el mínimo para entrar a trabajar en un empleo de noche eran los 18 años.. Lo siguiente será subir la edad de jubilación como ya está ocurriendo en Alemania. También se instaura el “Contrato de Responsabilidad Parental”. Por el cual, si un chaval “se porta mal”, su familia perderá todo derecho a ayudas de alojamiento, de estudios, de alimentación, etc. El chantaje y el castigo propio de esta sociedad se hacen obvios a través de este contrato. Por ejemplo, las familias en las cuales uno de sus miembros fue detenido durante las revueltas que provocaron el Estado de excepción hace unos meses, ya se han quedado sin asistencia alguna. Y deberíamos recordar que el origen de esas protestas es la pauperización de estas familias. ¡¡Incluso por un mal rendimiento escolar podrían ser penalizadas!! La idea ha gozado del total beneplácito de empresarios, y ahora hasta la “Unión Nacional de la Propiedad Inmobiliaria”, exige la creación de un CPE Especial Inquilinos, que supondría que entre el noveno y vigésimo primer mes de alquiler, el propietario pudiese expulsar sin justificación alguna a sus inquilinos con un simple preaviso de tres meses. º ¡Qué comience el baile! Inicio y particularidades del movimiento. Pongamos como ejemplo los últimos movimientos realmente multitudinarios que han sacudido España: las manifestaciones contra la guerra de Iraq, el desastre del Prestige, las manifestaciones tras los atentados del 11M o la nueva derecha movilizada contra el diálogo con E.T.A. o el matrimonio homosexual. Todos son casos en los que el único punto de unión de los movilizados era una fecha para salir a la calle comunicada por los medios, unos mensajes de móvil o el llamamiento de una organización. El caso en el que aquí nos centramos es diferente. Su origen está en una serie de asambleas que se han ido convirtiendo en multitudinarias y en las que se han desarrollado una estructura e ideas, mucho antes de empezar verdaderamente las acciones. Esto ha permitido dotar de una profundidad y una cohesión a lo que se emprende a posteriori que no habría que menospreciar. Como una nueva escuela, las asambleas permiten siempre que unos aprendan de otros, desarrollando ideas colectivamente, a las que, muchos individuos no llegarían por sí solos jamás. Es este el punto de encuentro de todos los movilizados. Aquí se desarrollan grupos de afinidad que emprenden acciones que jamás tendrían lugar de no haberse desarrollado este entramado asambleario. Aquí han cogido muchos la conciencia de sus capacidades para organizarse sin líderes. Aquí, en definitiva, se está emprendiendo un esfuerzo consciente por analizar el problema desde un punto de vista racional y tratando de desarrollar una respuesta bien organizada al mismo. Estas asambleas se vienen desarrollando en los anfiteatros más grandes de las universidades francesas. Fue Rennes quien movió ficha en primer lugar. Tras cinco semanas de huelga, siguen contagiando un entusiasmo militante al resto de universidades. Lamentablemente, los primeros intentos por desarrollar asambleas fracasaron estrepitosamente en cuanto al número de asistentes, si bien no en cuanto a ilusión. Se podría llamar a la huelga, pero sólo unos pocos la seguirían y serían penalizados por ello. Muchos no podían asistir a lo que se organizaba por tener trabajos pendientes, prácticas, exámenes, o por que perdían más de medio día en la universidad. Por eso se recurrió a una práctica ya desarrollada con anterioridad en Francia: el bloqueo. Si la gente no se sentía concernida por lo que pasaba, había que hacer que les concerniese. Se construyeron barricadas y se bloquearon todas las puertas. La huelga era obligada, pues los piquetes recorrían los edificios asegurándose de que ninguna puerta se hubiese abierto. El tiempo libre hizo el resto. Las asambleas se empezaron a masificar más y más. No son pocos los que, una vez que vieron transgredida su rutina, se empezaron a informar de lo que pasaba y empezaron a movilizarse ellos también. Todo el mundo estaba obligado a posicionarse. Por otra parte, el tener todo el día libre, dejaba a los estudiantes la posibilidad de asistir a cualquier actividad sin importar la hora en la que se diera cita. Antes, se iba en función de las posibilidades. Pero no todos consideran este bloqueo como algo benigno, sino bien al contrario, como un ataque a su “derecho a estudiar”. Incluso algunos que dicen compartir la opinión con respecto a la ley de los huelguistas, aseguran que movilización y estudios son dos cosas perfectamente compatibles. Los pro-bloqueo responden diciendo que es obvio que el movimiento ha nacido del bloqueo y que, sin él, no es ni una ínfima parte de lo que hoy representa. Aseguran que aquel que esté interesado por una rama de conocimiento, puede dedicarse a la autodidactia (para lo que se han dejado abiertas bibliotecas y salas de informática) y que los que sólo desean obtener un diploma cuanto antes, olvidan que de nada les servirán sus malditos títulos en un mundo de precariedad. Un cartel en Montpellier dice “Un semestre de curso o una vida precaria. A vosotros elegir”. Pero la presencia de esta corriente, obliga a todas las universidades a realizar grandes asambleas periódicamente, consagradas en exclusiva a ver si se reconduce o no el bloqueo. Se intenta instar a todos a participar en las asambleas aduciendo que son el órgano decisorio más democrático que puede haber, por encima de profesores, vigilantes y rectores. Los cuales pueden asistir en tanto que individuos, por supuesto. Otra característica que se presenta como algo exclusivo en la historia de las asambleas universitarias en Francia, es el hecho de la escasa importancia que en ellas tienen los sindicatos de estudiantes. Sin duda, se evita así la manipulación de estas por profesionales de la política. Aunque en ciertos sitios (como en las facultades de derecho o de ciencias políticas, por ejemplo) son más presentes, en otros salieron escaldados ante el reclamo de crear estructuras horizontales. Los profesionales del sindicalismo que permanecen, lo hacen en tanto que individuos y porque son realmente militantes. La UNEF, sindicato estudiantil vinculado al Partido Socialista y que tuvo un papel muy importante en movilizaciones anteriores, sólo aparece ahora en los medios e incluso boicotean la lucha. En Toulouse se organizan para reabrir las universidades cerradas y en Montpellier manipulan los medios mintiendo sobre nuestras reivindicaciones (para ellos sólo se habla de CPE) y sobre nuestras decisiones (aunque ni participan en las asambleas, aseguran que las manifestaciones responden a convocatorias suyas). Poco a poco, siguiendo el ejemplo de Rennes, se sumaron universidades a la acción. 63 de las 84 (unas 30 bloqueadas) que hay en Francia, ya han pasado a la acción. En el resto, el debate crece, pocos quedan ya no posicionados. º In media res. Situación Actual. Este sábado día 18 hubo una manifestación convocada a nivel nacional que se saldó con un 50% más de asistencia que en otra convocada dos días antes. Más de un millón de personas desfilaron por las calles de sus respectivos pueblos y ciudades. Destacando, como siempre, la sucedida en París por el tamaño desconmesurado de la capital. Es la ocupación de la Sorbona, emblemático símbolo de la educación francesa, y las imágenes brutales de la represión policial lo que más ha ayudado a que despegára el movimiento definitivamente. Desde el día siguiente al acontecimiento, los esfuerzos se redoblaron en todo el país. Si el origen de todo se encuentra en las universidades, ya se han unido los institutos (hay varios en huelga e incluso bloqueados a pesar de que todos los directores recibieron órdenes de actuar con mano dura contra los que incitaran a la huelga o el debate), los sindicatos y, algo que no pasa a menudo, los habitantes de los ghettos sociales. Estos últimos, más que aportar ideas políticas, aportan el conocimiento de lo que esta sociedad genera, pues ellos son su fruto (miseria, violencia, fracaso escolar, precariedad, racismo, paro, etc.), aportan su odio y su rabia contra los que consideran culpables de sus desgracias: los políticos y sobretodo los policías. Y vienen curtidos por lo sucedido hace unos meses. Han perdido el miedo, y han ganado más odio. Ciertas asambleas han desarrollado la idea de que no vale con darse un paseo por la ciudad para cambiar las cosas. Por eso, en muchas ciudades es normal que se acabe con alguna ocupación de los centros neurálgicos y emblemáticos como son estaciones de tren, ayuntamientos, centros comerciales, sindicatos de empresarios, cámaras de comercio e industria, que se bloqueen los medios de transporte o que se desarrollen acciones encaminadas a conseguir fondos o bienes para autogestionar los movimientos. No hay que olvidar que son muchos los que duermen y comen a diario en las universidades. Como es lógico, estas acciones suelen acabar con altercados entre los manifestantes y la milicia del sistema, haciendo obvio que seguimos viviendo en una guerra de clases aunque a algunos les moleste admitirlo. En París, además, hay grupos cuyo objetivo es directamente atacar a la policía. Convertir esto en un enfrentamiento directo. Los heridos se suceden por doquier y también los arrestados. El balance no es bueno para los sindicatos de policía, ya que han recibido órdenes de “mantener sangre fría” y no embestir con la brutalidad que podrían hacerlo. Esto se debe a lo que se está denominando “Síndrome Malik Oussekine”. Malik, fue un estudiante asesinado hace 20 años por la policía en otras movilizaciones estudiantiles. La conmoción por lo sucedido hizo que el gobierno reculara en sus pretensiones. La huelga general se presenta para el día 28 con una llamada unánime de todos los sindicatos (excepto los de derechas). En las universidades, son varios los empleados que ya llevan algunos días sin trabajar e incluso están empezando a desarrollar sus propias asambleas. Ya hay una fecha segura para dar el siguiente movimiento; será el 23 de marzo y hay quien baraja la idea de que se fleten autobuses y se ocupen trenes para hacer una manifestación conjunta en París. Más grave que todo esto, es que durante las movilizaciones del sábado pasado, un militante del sindicato troskysta SUD PTT de 39 años, ha sido herido gravemente en la cabeza y se teme por su vida. Pero todos sabemos que los responsables de esto nada pagarán, mientras que los arrestados entre los manifestantes, ya casi llegan al millar. º La lucha en las asambleas Aquí comienza todo. Desde el principio las asambleas fueron llamadas por sindicatos de estudiantes que deseaban manipularlas a su antojo y buscar nuevos afiliados para llenar aún más sus ya bien nutridas cuentas bancarias. El despropósito es tal, que la UNEF envió a todas sus delegaciones el manual necesario sobre cómo manipular una asamblea. En muchos sitios, se observó como se coordinaban entre los sindicatos para no dar turno de palabra más que a otros sindicalistas y cuando alguien ponía en duda el funcionamiento, simplemente cambiaban de tema o repetían lo mismo que ya habían dicho cientos de veces. Cada asamblea es un mundo, pero la tónica general es que hayan ido perdiendo fuerza, a medida que los libertarios iban poniendo en cuestión el desarrollo de las discusiones e iban compartiendo con otros su experiencia en la teoría práctica del asamblearismo. Así pues, la primera lucha es una de sindicatos reformistas contra asamblea de individuos. Los primeros representando tesis autoritarias y los segundos libertarias. Pero la progresiva desaparición de los primeros no implica la desaparición del autoritarismo que tanta gente lleva dentro. El debate es cotidiano, la burocracia, la creación de órganos decisorios, la creación de servicios de orden para “vigilar el correcto desarrollo de las manifestaciones”, etc. enfrentan a libertarios y autoritarios como viene pasando desde hace milenios. La segunda lucha es de contenido ideológico. No son pocos los que ven el C.P.E. como el único enemigo a batir. O los que hablan de que hay que ir más allá pero por etapas, poco a poco. Primero se quita esto, y luego se irá a por otra cosa. Otros, sin embargo, intentan explicar que el C.P.E. no es más que un grano de arena en una playa enorme llamada capitalismo y autoridad. Y que la lucha contra el C.P.E. es la lucha contra estos dos conceptos. No puede haber una sin la otra. Revolucionarios y reformistas.
Una tercera lucha se encuentra en el tema de las acciones. ¿Cómo cambiar las cosas? ¿Qué es legítimo y qué no lo es? ¿Qué es la violencia? Buena parte de la gente dice que “debemos ser pacíficos y dar una buena imagen”, se disfrazan de payasos, van tocando instrumentos y repartiendo flores, convirtiendo las manifestaciones en una fiesta. Otros, dicen que “si todo fuese tan fácil, el mundo sería perfecto”. Hay que construir un movimiento fuerte que realice acciones contundentes que presionen y dañen al Sistema: Ocupaciones, sabotajes, boicots… son sus medios de lucha. Por supuesto, no faltan opciones intermedias. Hay sitio para todos y se pueden hacer acciones por las noches, o al final de las manifestaciones pacíficas, cuando los que lo deseen, pueden partir a su casa. Esta lucha es tanto o más dura que la exterior, y aún más frustrante en cuanto a que se percibe la sensación de que el primer enemigo a batir somos nosotros mismos; con nuestros prejuicios y nuestras ideas fruto de esta sociedad autoritaria y patriarcal, con sus medios de deformación y su educación competitiva… También se ha desarrollado una coordinadora a nivel nacional entre todas las asambleas de universidades, que se reúne todas las semanas. Cada universidad bloqueada envía siete representantes, y cinco cada universidad en huelga. Una vez allí, se habla y vota individualmente. En Montpellier hacemos intentos por llevar acuerdos, pero no hay un orden del día estructurado sobre el que las asambleas puedan trabajar; por lo que los delegados que enviamos, se transforman en representantes en según qué puntos. Por otra parte, ponemos en duda el mero hecho de llevar siete personas por los gastos económicos que genera. A pesar de ser un órgano no muy libertario, salen cosas interesantes porque muchos de los que allí acuden como delegados, lo son. En Montpellier, por ejemplo, tres de los últimos siete delegados eran militantes anarquistas. º La lucha en la calle. La lucha en la calle está asentada en un principio en la lucha en la asamblea. Pues allí se discute y se teoriza, se debate y se decide. La lucha en la calle no sólo es contra la sociedad como ente abstracto y contra sus cabezas visibles: policías, políticos, empresarios, etc. sino que del mismo modo que la anterior, se encuadra primeramente en el seno mismo de los movilizados. Los servicios de orden se interponen entre la policía y los manifestantes para proteger a los primeros de los segundos, y actúan más bien como elemento desmovilizador que como motivador. Intentan encauzar a los manifestantes siguiendo la dirección que ellos deciden, comunicándose con la policía para avisarles de la dirección y darles tiempo para organizarse. Si un policía lo pide, ralentizan el avance o modifican la dirección. Los enfrentamientos con ellos son tensos, ejecutando de este modo el papel de policías infiltrados, ya que evitan que los auténticos policías tengan nada que hacer. Hasta tal punto llega este despropósito que hasta se ha visto a una chica autoinvestida como servicio de orden, intentar detener a un chico que lanzaba una botella a la policía para que fuese arrestado. El chaval, no tuvo reparos en desprenderse de ella a golpes antes de poder acabar en prisión. Otro debate es la orientación de la manifestación. Unos intentan que finalice en el sitio programado, mientras que otros apelan a la improvisación de los grupos de afinidad, para aprovecharse de la imprevisión y poder realizar acciones. Los gritos de “vamos a tal sitio” y “vamos a tal otro”, se multiplican a lo largo del camino, intentando argumentar todo el rato la necesidad de hacer una cosa u otra o de sostener a algún grupo que ya se ha adelantado y ocupado un edificio importante. Cuando las acciones acaban con las brutales agresiones policiales, es el turno de aquellos más experimentados que hacen llamamientos a reagruparse para retroceder ordenadamente y sin correr peligro, que enseñan a hacer barricadas y que enseñan tácticas de guerrilla urbana. También en las asambleas se intentan explicar cosas necesarias para seguridad de todos: llevar ropa que permita correr, algo para tapar la boca y nariz si hay gases lacrimógenos, etc. También se han unido los fascistas a la “fiesta”. En París sobretodo, han organizado ciertos ataques a los manifestantes, produciendo batallas campales. Se acusa a la policía de apoyar estos ataques. De todas formas, también entre ellos hay varios detenidos (se detuvo al director del FNJ, Frente Nacional de la Juventud y varios miembros de Identitaires, grupo que atentó contra Chirac hace unos años). º La lucha en el poder Los medios de comunicación se siguen riendo de la realidad y la transforman a su antojo en lo posible para hacer valer las ideas de las elites que representan. Cuando había más de 50 universidades ya coordinadas a nivel nacional, ellos decían que eran sólo diez. En un principio, sólo daban voz a representantes sindicales, dándose casos curiosos de varios de estos que nunca habían pisado una asamblea, asegurando que todo lo que hacía esa asamblea era fruto de sus esfuerzos. Se miente descaradamente diciendo que el único objetivo es echar abajo el C.P.E., omitiendo una serie de peticiones más amplias y que pueden leerse más abajo. Y los informativos empiezan directamente con imágenes de manifestantes lanzando cosas a la policía para luego centrarse en las escasas convocatorias de los Pro-C.P.E. y los Anti-Bloqueo de las Universidades. Algún periodista, como un fotógrafo de “Le Journal de Dimanche” del grupo de “Le Monde” han sido agredidos por la policía mientras trabajaban. Personalmente, ni por esas creo que se vayan a modificar algo en sus noticias. Uno de los problemas con los que se ve el ideal libertario a la hora de extender sus principios, es la representación de la ley con el primer ministro y su gobierno (la UMP, el Partido Popular francés). Los cánticos se centran en Villepin y en que no se le va a votar en las próximas elecciones que tendrán lugar el año que viene. Muchos no comprenden que por cambiar la correa no se cambia al perro. Y si no, que pregunten en España a ver quién se va a poner a juguetear ahora con una reforma laboral… Mientras, el Partido Socialista hace el papel de la oposición, atacando a la UMP y pidiendo la retirada del C.P.E. Todo para ganar un porcentaje de votos suficiente para ser ellos los próximos en imponer una ley que vaya aún más allá que esta. El gobierno trata de aguantar la embestida confiando en que la llegada de exámenes (en un mes), desmovilice a los estudiantes y pensando en cómo perder lo menos posible. De momento, ya se lanzan a revisar el texto del C.P.E., bajar el periodo de prueba a un año, por ejemplo y, se especula que, en caso de que las movilizaciones sigan, retire el C.P.E. para desmovilizar a la gente y hacerles olvidar que lo que se pide es infinitamente más que eso. Hay otros políticos que lo que buscan es denunciar la ley por las formas en las que fue adoptada, diciendo que es anticonstitucional, que no había quórum suficiente, etc. Lo cierto es que se adelantó la aprobación de la misma en cuanto se apercibieron de lo que se estaba gestando en algunas universidades. º Montpellier, un caso práctico. En Montpellier fue la universidad de letras la que antes se empezó a organizar. Los sindicatos llamaron a una asamblea que se convirtió en conferencia, pues sólo ellos hablaron realmente. Dos asambleas después, varios compañeros de la CNT-AIT decidimos desarrollar un modelo de funcionamiento asambleario en un panfleto que entregamos a todos los presentes. Fue ese día cuando se atacó la organización de las asambleas y fue el inicio de un movimiento que se empezó a gestar cada vez más desde la base. En ocasiones, sólo 40 personas del total de 12.000 estudiantes de la universidad, acudía a debatir. Desde un principio se apeló a que todo aquel que quisiese, ajeno o no a la universidad, tuviese voz y voto en la misma. Y durante una asamblea especialmente numerosa que contó con la presencia de un delegado de Toulouse que venía para explicar las ventajas del bloqueo, se optó por tomar esta medida. Se construyeron barricadas por doquier y al día siguiente las 800 personas que llenaron el anfiteatro más grande de la universidad, dieron razón a los promotores del bloqueo. Fue este el inicio de la verdadera movilización. Casi un mes después, la universidad sigue bloqueada y es el auténtico punto de reunión de todos los interesados en movilizarse. Ahora, la universidad de ciencias está también bloqueada, y sólo la de derecho parece resistirse a ello. Aunque está llamada la huelga. En letras, ya se ha ido todo el personal a la huelga indefinida. El desarrollo de las ideas, ha hecho que se profundice enormemente en el problema y se ponga en duda todo el sistema. Más libertarios en la organización y más revolucionarios en los planteamientos, todo avanza muy lentamente pues son muchos los que tienen sus primeros contactos conscientes con la teoría y práctica política. En estos días, se ha ocupado la cámara del comercio, el ayuntamiento, el salón de congresos y el centro comercial más importante de la ciudad, situado en pleno centro turístico y se ha intentado hacer lo propio con la estación de tren. Los enfrentamientos con la policía y vigilantes aumentan a medida que aumenta la presión. Y un error tremendo fue estar más de diez días sin asambleas para organizar acciones, que han conducido a que los autoritarios se aprovechen e intenten cambiar las estructuras a su antojo. Sin un control de la base, el peligro de esto es obvio. Paralelamente, se está intentando desarrollar una serie de actividades culturales en la universidad como foros de debate, visionados de films, conciertos, obras de teatro y siempre se encontrará a alguien haciendo algo las 24 horas del día. Existe, además, una biblioteca de libros, panfletos y fanzines, que es constantemente consultada. Otra cuestión digna de señalar es el hecho de que se está tomando muy en serio el tema de los detenidos, concentrándose delante de las comisarías y clamando por su liberación. En el salón de congresos se consiguió que se liberase a un compañero recién arrestado. Y está en marcha la creación de una caja de resistencia, para hacer frente a los gastos que sus defensas puedan ocasionar º Participación anarquista en el movimiento y perspectiva. La participación anarquista se desarrolla en todos los campos de la movilización. Es interesante el hecho de que todas las corrientes tienen su sitio. Los más sindicalistas pueden realizar trabajo en las fábricas incitando a la huelga, a los que les guste debatir tienen las asambleas abiertas para sus opiniones, los insurreccionalistas tienen en los enfrentamientos con la policía motivaciones de sobra para adherirse, aquellos interesados por la actividad cultural (grupos de teatro, de música…), tienen las universidades enteras para organizar lo que quieran… Individualidades anarquistas, grupos de afinidad y autónomos, la CNT-AIT y la CNT Vinyols, la Federation Anarchiste, la Confederation de Groupes Anarchistes, Alternative Libertaire, etc. todos movilizados. Y lo que es más, compenetrándose en muchos sitios como nunca. El hecho de compartir unas mismas ideas de base, hace que los libertarios de las asambleas se suelan ver unidos defendiendo posturas comunes. Máxime si son poco numerosos y tienen que hacer cara a tesis marxistas o reformistas. Se están desarrollando nexos y hábitos de trabajar juntos entre diversos libertarios que, desde luego, sientan un precedente en los últimos años. No son pocos los que han salido del aislamiento de sus grupos y han conocido a muchos anarquistas con los que no tenían relación anteriormente o anarquistas no movilizados que están conociendo a varios compañeros con los que se podrán organizar desde ahora. No se puede menospreciar la importancia que los anarquistas están dando al movimiento. ¿Quién mejor que nosotros para desarrollar modelos asamblearios y horizontales? Tanto en las ideas (se van volviendo más radicales en cuanto que se profundiza más en las raíces de los problemas que genera esta sociedad) como en las acciones se nota nuestra presencia. La ocupación de la Sorbona se hizo con alguna bandera negra y el canto “¡¡Abajo el Estado, los maderos y los empresarios!!”. Y somos en cierta medida los que más incitamos a la realización de acciones al final de las manifestaciones. Los medios hablan de anarquistas autónomos cuando en París se ataca a la policía, y l’Humanité, el periódico más socialista (fundado por el conocido Jean Jaurès), ataca a los “anarco-gauchistes”, llamándolos elementos contrarrevolucionarios, en un claro intento de desacreditar algo que ven que coge fuerza. La perspectiva varía cada día, en cada sitio y en cada momento. En las asambleas donde el peso relativo de ideas anarquistas sea escaso, los compañeros desesperarán y se frustrarán, mientras que en aquellos sitios como en Montpellier donde un buen grupo de anarquistas se han unido y sus ideas se ven bien acogidas poco a poco, tendrán una moral de hierro. Cada momento, cada avance o retroceso cambia los ánimos. Un día se puede volver a casa pensando que todo es un sinsentido y otro pensando que se avanza por el buen camino. Tal vez demasiado lentamente, pero por el buen camino. En ciertos lugares, hasta se ha cambiado el nombre de la universidad por el de Universidad Popular de… De todo lo descrito anteriormente, se pueden ver cosas interesantes para nosotros como la toma de conciencia de que el mundo va cambiando a peor, la organización de base no recuperada aún por los sindicatos ni partidos políticos, la realización de acciones, la colaboración en objetivos comunes entre tendencias libertarias… y, en definitiva, una movilización grande, con ganas de batirse, con ganas de cambiar las cosas, de profundizar en las ideas (las ventas en los puestos de CNT de material de propaganda se han disparado). Pero aún queda mucho por hacer. El camino es largo y el enemigo enorme. Pero eso nunca nos detuvo. Es hora de que la propaganda por el hecho se ponga en marcha. Cada debate, cada posición en la calle, hace que la gente se acerque más o menos a nosotros. Luchemos con la motivación que nos caracteriza, y lo demás vendrá sólo. *** _Reivindicaciones de la coordinación nacional de universidades y de la Universidad Paul Valéry de Montpellier_ Por una escuela pública de calidad, laica y gratuita, abierta a todos, exigimos: Un plan plurianual de creación de puestos de trabajo en la educación, en función de las necesidades. Retirada de la ley Fillon Retirada de la Ley LOLF y de la LOPRI La retirada del sistema LMD de títulos universitarios Multiplicación de sistemas de acceso y medios alternativos de escolarización y educación Investigación independiente de la política y economía Por la seguridad de empleo y la mejora de las condiciones de trabajo, exigimos: La retirada de la Ley sobre la Igualdad de Oportunidades La retirada del CNE El restablecimiento las condiciones de despido anteriores a 1973 (sólo los inspectores de trabajo podían aceptarlo) Por un servicio público de calidad, exigimos: El cese de las privatizaciones y la vuelta al servicio público de todas las empresas ya privatizadas Un alojamiento para todos y el cese de la expulsión de inmigrantes Exigimos la retirada de todas las leyes liberticidas (Debray, Pascua, Chevénement, Sarkozy…), así como el abandono del proyecto de la Ley de Prevención de la Delincuencia (camisola química desde una edad joven, sanción contra las familias, denuncia de trabajadores sociales y educativos…). Exigimos una mayor inversión del Estado en la educación nacional, en la función pública y exigimos instituciones independientes de los intereses económicos, que sólo sirven con principios elitistas. Denunciamos ferozmente la represión actual de los movimientos populares de masa (presión policial y financiera permanente: becarios y asalariados huelguistas, estudiantes de instituto, trabajadores precarios, parados, mediadores, “revoltés de novembre”, de Carnaval y de todos los días). EXIGIMOS LA AMNISTÍA de todos los condenados políticos. Y por la utilización del decreto 49-3, que todo sea dispuesto por el gobierno provisional tras la DISOLUCIÓN INMEDIATA DE LA ASAMBLEA NACIONAL.
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