El martes 27 de abril, cerca de Sabana, al oeste del Estado de Oaxaca, una agresión con arma de fuego fue cometida por paramilitares. Dicha agresión provocó la muerte de dos personas (una mexicana, Alberta Cariño Trujillo y un finlandés, Jyri Antero Jaakola) así como una quincena de heridos, entre el centenar de participantes a una comitiva de solidaridad con la comunidad autónoma de los triquis de San Juan Copala. Esta comunidad sufre desde hace algunas semanas un bloqueo organizado por paramilitares y el convoy de solidaridad reunía miembros de VOCAL (Voces oaxaqueñas construyendo la autonomía y la libertad), de la APPO (Asamblea popular de los pueblos de Oaxaca), de la sección 22 del sindicato de los profesores, del MULTI (Movimiento de unificación y lucha triqui Independiente) y observadores internacionales. Dos compañeros de VOCAL, David Venegas Reyes y Noe Bautistat Jiménez, así como dos periodistas de “Contralínea”, David Cilia y Erika Ramírez, tuvieron que esconderse en el bosque para huir de los agresores. Desgraciadamente, no se trata de un episodio aislado, sino de una práctica de “guerra de baja intensidad” llevada por el Estado mexicano.

Los pueblos triquis (15.000 miembros) tienen una larga tradición de lucha para la defensa de sus tierras y recursos naturales. El 1 de enero de 2007 fue creada la “Comunidad autónoma de San Juan Copala”.

Desde entonces, sufren un acoso brutal (raptos, violaciones, asesinatos) llevado a cabo por las policías local, regional y federal, así como grupos paramilitares y parapoliciales bajo las órdenes del (Partido revolucionario institucional) y del gobernador Ulises Ruiz Ortiz, quién destacó particularmente en la represión sangrante de la “Rebelión de Oaxaca” en 2006.

Contestando a la llamada a la solidaridad de VOCAL y del Consejo nacional indígena, la Federación Anarquista denuncia los asesinatos del 27 de abril, la violencia sanguinaria del Estado mexicano y las agresiones contra la comunidad autónoma de San Juan Copala, así como más ampliamente la represión llevada contra los pueblos indígenas.

El drama que se juega en México se inscribe en una ofensiva del capitalismo sobre los territorios que no controla totalmente, para hacer suya la totalidad de los recursos humanos y materiales del planeta. Las resistencias de comunidades que se obstinan en vivir de manera autónoma deben por lo tanto, siguiendo esta lógica, verse suprimidas.

De manera general, el Estado mexicano se esfuerza también por romper cualquier movimiento social. Así, desde hace 6 meses, los miles de asalariados de “Luz Fuerza del Centro”, encargada con la distribución de electricidad en el centro del país, luchan contra la liquidación de esa empresa pública. Se trata por lo tanto para el Estado de liquidar el Sindicato mexicano de los electricistas, uno de los más antiguos (creado en 1914 con su periódico “Rojo y Negro”) y sobre todo el más poderoso y luchador. Sus vínculos con organizaciones campesinas, sindicatos, la APPO... le convierten en un elemento peligroso para el poder, ya que es capaz de participar en una necesaria coordinación de las resistencias a la opresión capitalista.

Los asesinatos del 27 de abril se inscriben por lo tanto en una lógica de represión sin límites que el Estado mexicano ejerce de manera regular contra cualquier movimiento portador de emancipación, anticapitalismo y solidaridad.

¡La Federación Anarquista aporta todo su apoyo y solidaridad a los compañeros mexicanos que sufren de frente la violencia del Estado de México, así como a todos aquellos y aquellas que luchan contra la represión y para otro futuro que el que nos preparan los poderes económicos y políticos al servicio del capitalismo mundializado!

Secretariado Relaciones Internacionales Federación Anarquista

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